
En cuanto a la aglutinación las relaciones familiares acostumbran a ser enredadas, de forma que no hay el más mínimo espacio ni tiempo para que los miembros de la familia flexible aglutinada tengan la oportunidad de desarrollar proyectos personales individuales. Todo es mundo sabe todo de todos, y todo el mundo se mete y opina de todo, bajo el discutible mito de que las familias son mejores cuanto más apegados están sus miembros.
Al ir “todos a una”, este tipo de funcionamiento familiar hace que las decisiones sean compartidas por todos y que todo el mundo arrime el hombro cuando hay que afrontar algún problema que afecta al conjunto de la familia o a algún miembro en concreto. Son el tipo de familia que llevan de cabeza a las enfermeras de los hospitales cuando tienen que lidiar con la familia al completo dentro de la habitación del enfermo, aunque el motivo de ingreso sea algo leve.
Están tan unidos que raramente se producen coaliciones entre miembros de la familia para atacar a un tercer familiar.
En caso de que uno de los miembros de la familia establezca una relación de pareja con una persona con hijos a su cargo, todos serán bienvenidos si aceptan entrar en un entramado de relaciones donde todo el mundo lo entrega todo y renuncia a un mínimo de intimidad. Si la estructura familiar que se incorpora a la familia no acepta estas condiciones, el miembro de la pareja que forma parte de la familia en origen puede verse sometido a fuertes tensiones entre su propia familia y la nueva familia que pretende formar, corriendo el riesgo de que la nueva relación de pareja no prospere. En caso de que el divorcio se produzca en el seno de la familia, ésta intentará seguir manteniendo un vínculo estrecho con la persona que abandona la familia, algo que puede generar tensiones si ésta siente que le cuesta mantener la distancia que considere óptima con su ex-familia.
Las fronteras que la familia establece con su contexto exterior serán rígidas, con una clara tendencia a encerrarse en sí mismos y protegiendo del exterior las informaciones internas. Por el contrario, las fronteras que se establecen entre los subsistemas de la familia son porosas, permitiendo que la mayoría de la información fluya a través de ellas.
La vinculación emocional entre los miembros de la familia es de tipo simbiótico, valorando más los beneficios secundarios del vínculo que de la satisfacción de sentirlo o vivirlo.
En cuanto a las reglas de funcionamiento cabe destacar que no es necesario explicitarlas. Todo el mundo sabe qué conductas serán aceptadas y cuáles serán sancionadas sin que haya sido necesario hablar sobre ellas. Así, la disciplina es compartida por todos, y cada uno se autorregula en el cumplimiento de las reglas familiares.
Los roles acostumbran a ser especializados. Cada uno se encarga de algo. Si en algún momento se hace necesario un cambio de rol para que la familia siga funcionando, éste será un cambio brusco pero con el tiempo se podrá llevar a cabo con éxito gracias a la flexibilidad de la familia que esperará pacientemente que el nuevo portador del rol adquiera las competencias necesarias para ejecutarlo.

Sintomatología que suele aparecer en este tipo de familia:
- Síntomas psicosomáticos (*1)
- Síndrome de alienación parental en caso de divorcio
Advertencia: este es el modo en que percibes a tu familia, por lo tanto, una visión subjetiva de ella. Invita a un familiar tuyo a que haga el test y comparad las diferencias. Igual descubres que no todos perciben la familia del mismo modo.
(*1) Rivero-Lazcano, Nayeli, Martínez-Pampliega, Ana, & Iraurgi, Ioseba. (2011). El Papel Funcionamiento y la Comunicación Familiar en los Síntomas Psicosomáticos. Clínica y Salud, 22(2), 175-186. Recuperado en 21 de agosto de 2019, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-52742011000200006&lng=es&tlng=es .